domingo

Niyarah. El comienzo

Antes de empezar mi relato, creo conveniente presentarme ya que no sé en manos de quién terminarán estas páginas y sea como sea, espero que sean amigas, espero que sean las manos de alguien que me conoció y llegó a apreciarme, aunque ahora mismo, no viene ningún nombre a mi mente.
 
Mi nombre es Niyarah de Guerlaine, tengo 17 años y hace poco más de 2 que me gano la vida con la espada.
He dudado en empezar este diario desde el momento presente y retroceder hasta mis orígenes. Pero no quiero que este presente sea lo último que se sepa de mi existencia. Dejaré transcurrir los hechos desde mi más tierna infancia hasta el momento actual y espero poder continuar a partir de ahí. Eso si la misión que ahora me ocupa me lo permite. No tengo mucha esperanza de sobrevivir esta vez, de vencer donde otros más valientes y experimentados han caído ya. No diré que tengo miedo, pues no es así. Pero no puedo permitirme morir ahora, no sin cumplir una promesa.
Pero todo eso lo contaré más adelante. Así que empezaré des del principio.

Nací en una tierra que, ahora mismo, me parece de otro mundo. Tan lejana se encuentra ahora... 

Mi padre era un erudito, un estudioso... un hechicero al servicio del rey. Y mi madre era de una de las familias nobles mejor consideradas en todo el reino. Los Guerlaine fueron muy poderosos e influyentes durante muchos años.
Tuve una infancia feliz, una buena educación y todas las comodidades que mis padres pudieron ofrecerme. Desde muy joven demostré tener aptitudes para la magia y mi padre no dudó en instruirme en todo cuanto yo pudiese aprender. En cuanto a mi madre, ella me educó en literatura, modales, etiqueta, matemáticas. Todo lo que una chica de buena familia pudiera necesitar para ser una perfecta y locuaz esposa. Recuerdo esos años como parte de una vida que no fue mía, recuerdos ajenos de una persona que fue feliz. 

Fue al cumplir los 9 años cuando esa vida perfecta quedó irremediablemente destruida. Rota en mil pedazos por una mano cruel y despiadada. Recuerdo que el aire olía a una guerra próxima. La gente andaba nerviosa, se aprovisionaba aunque la ciudad seguía su bullicioso ritmo de siempre. Solamente eran precavidos. Un día, el rey llamó a mi padre y pocas horas después, nos dispusieron un carruaje y mis padres y yo partimos a un reino vecino. Supongo que se trataba de una visita cordial, una misión para estrechar lazos y conseguir alianzas propicias de cara a futuros conflictos. Pero nunca llegamos a nuestro destino. Nunca hubiese imaginado que ese viaje sería el final de la niña que fui y el comienzo de la mujer que soy.

1 comentario:

Y todo comenzó...

Hola a todos, me llamo Laura y este blog es un intento de despejar mi mente y darle una perspectiva a esta guerrera llamada Niyarah. Niy...