jueves

ADIOS

¡¡¡Huye Niyarah!!!

Fueron las últimas palabras de mamá. Llevaba una daga en la mano, pero no llegó a acercarse siquiera al hechicero. Dos alimañas le salieron al paso y mientras una la atravesaba con una espada mugrienta, la otra le rompió el cuello. Mi madre estaba muriendo por mí, y yo fui incapaz de levantarme, de gritar, de pensar...

Conseguí enfocar la vista, y mirar directamente al causante de todo aquello. Aquel ser, aquel hechicero de ojos negros como pozos, tez cetrina y cabello negro, lacio y sucio... él también me miraba. Una cruel sonrisa empezaba a dibujarse en su mezquina boca. Intenté memorizar cada detalle de su atuendo y de su cara mientras me hacía a mi misma una solemne promesa. "Tú morirás, bastardo. Yo te mataré. No descansaré hasta tener tu corazón en mis manos". Justo cuando mis pensamientos empezaban a cobrar sentido, cuando pude formar en mi cabeza la palabra VENGANZA, aquel ser comenzó a reír. Primero una ligera risa que poco a poco se convirtió en pura hilaridad. Todo su cuerpo se convulsionaba al son de su horrenda carcajada. Fue entonces cuando vi su medallón. Una serpiente mordiéndose la cola, formando un círculo. Era de un metal que podría haber sido oro, pero sucio, mate y deslucido. Colgaba de una tira de cuero, pero no de un eslabón, sino de lo que parecía la imitación de una mano humana, pero solamente los huesos, como si hubiesen quitado toda la carne y la hubiesen bañado en oro líquido.
Inmediatamente volví a sentir el frío y a oír el latir de mi corazón directamente en los oídos. Ralentizándose, abandonándome. El cansancio me apresó y nubló mi vista.

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Hola a todos, me llamo Laura y este blog es un intento de despejar mi mente y darle una perspectiva a esta guerrera llamada Niyarah. Niy...